Aprender de los logros

Construyamos Más Historias de Éxito para las Aves

Un modelo que funciona

Los esfuerzos de conservación para los humedales y las aves acuáticas de Norteamérica, se han capitalizado en sinergias entre las políticas públicas y los recursos (NAWCA), en la utilización coordinada de datos científicos en las áreas de distribución de las especies (Plan de Manejo de Aves Acuáticas de Norteamérica) y en la instrumentación de acciones de conservación de humedales en el campo, por medio de Alianzas regionales (Joint Ventures). Las asociaciones no lucrativas de conservación, han jugado un papel central en este modelo, encaminando la energía de muchos entusiastas y canalizando acciones filantrópicas y múltiples ideas hacia objetivos directos de política, fortaleciendo los instrumentos financieros mediante fondos de contrapartida. El éxito de este modelo de conservación de hábitats y especies ha contribuido a mantener poblaciones crecientes de aves acuáticas.

Es necesario poner más atención a la conservación

Las tendencias poblacionales de muchas especies de aves playeras, marinas y terrestres, van en dirección contraria a las tendencias de las aves acuáticas. Al igual que para los patos, otras aves tienen una urgente necesidad de contar con esfuerzos integrales de conservación. Para ello, contamos ya con bases científicas sólidas en las áreas de distribución completas de las especies (e.g., “Conservando a Nuestras Aves Compartidas” de Compañeros en Vuelo) y algunos mecanismos de financiamiento (como el Acta de Conservación de las Aves Migratorias Neotropicales de EUA). El nuevo reto es capitalizar el entusiasmo de decenas de millones de personas que observan y aman a las aves, canalizando sus contribuciones y sus voces para multiplicar los esfuerzos para la conservación de todas las aves en todos los hábitats.

Chestnut-sided Warbler. Credit: Charles M. Francis.
Chipe flancos castaños (Setophaga pensylvanica). Foto: Charles M. Francis.

Renovar nuestro compromiso con todas las aves

En el centenario del Tratado de Aves Migratorias entre Estados Unidos y Canadá, y el 80 aniversario del Acuerdo entre México y Estados Unidos para la conservación de las aves migratorias, los gobiernos y ciudadanos de los tres países deben desarrollar una nueva visión por el futuro de las aves para el presente siglo. Debemos comprometernos a fortalecer y ampliar los modelos de conservación trinacional efectiva, para beneficiar a todas las aves. Nuestro éxito depende de generar los recursos necesarios para producir políticas basadas en la ciencia e instrumentar acciones de conservación coordinadas, directas y efectivas en el campo. El resultado no solo beneficiará a las aves, sino también a los ecosistemas de los que dependemos la vida silvestre y nosotros mismos.